A través de varias entregas en las próximas ediciones, les traemos un recuento de lo que ha sido el papel de la mujer en la historia del montañismo colombiano; desde los primeros ascensos de la Sierra Nevada de Santa Marta y del Cocuy, hasta los viajes intercontinentales de las escaladoras más vanguardistas de nuestro país.

La historia del montañismo colombiano usualmente ha sido una historia masculina, pues es bien conocido que la práctica de la escalada y del montañismo en sus comienzos se realizaba principalmente por hombres y no solo en Colombia sino en todo el mundo. Sin embargo, también algunas mujeres decidieron dedicarse a estas actividades, seguramente por diferentes motivaciones, algunas únicamente como compañía y otras por un gran interés en la actividad deportiva. Lo importante es que tomaron la decisión de practicar una actividad que no había sido usual en la sociedad colombiana durante el siglo XX, cuando las mujeres se comenzaban a destacar en el arte, en la cultura y en la política, pero no en el deporte y mucho menos en este tipo de deporte, la escalada en roca y la alta montaña.

Escuchar un día sobre una monja austriaca que recorría las montañas colombianas en los años setenta junto a Hubert Frank y otros escaladores y montañistas de la época hizo que surgiera en mí un interés por ahondar en la presencia de las mujeres en nuestras montañas. Había escuchado algunas historias de una señora de apellido Marmillod que escaló en varias ocasiones con el famoso Erwin Kraus y he tenido la fortuna de conocer y compartir con algunas de las grandes escaladoras de los últimos tiempos pero ¿qué otras mujeres estuvieron por estas montañas, qué las motivaba a hacerlo, qué ascensiones realizaron y cuándo? Fueron las preguntas que me llevaron a indagar sobre algunas historias de las mujeres en las montañas colombianas y así de las mujeres colombianas en montañas fuera de nuestro país.

Dorly Marmillod en compañía de su esposo y Erwin Krauss logran varios primeros ascensos en El Cocuy; destacan el Pico Castillo y el Púlpito del Diablo.

Bien conocidas son las historias de las ascensiones de Erwin Krauss y de sus compañeros de aventuras, los esposos Marmillod quienes estuvieron en Colombia en 1943 y 1944 y en este corto tiempo realizaron grandes proyectos. Dorly Marmillod era más que una compañía en esta cordada, era realmente una mujer dedicada a la práctica del montañismo que tuvo la fortuna de realizar primeras ascensiones especialmente en países suramericanos. En Colombia por ejemplo, realizó ascensiones en varios picos de la Sierra Nevada de Santa Marta en 1943 (la travesía de los picos Cristóbal Colón y Simón Bolívar (5775 m), el pico Tairona (5000 m) y El Guardián (5285 m) en el día, pico Sintana o Simmons (5660 m), Ojeda I (5490 m) y La Reina (5535 m).

Posteriormente se desplazaron a la Cordillera Central realizando la primera ascensión femenina del Nevado del Tolima (5325 m) y la apertura de una nueva vía por la cara sureste en compañía de S. Probosky y F. Marmillod. Ascendieron también el volcán Puracé (4750 m) y más adelante en 1944 realizaron primeras ascensiones en la Sierra Nevada del Cocuy en el Púlpito del diablo, El Castillo (5123 m), Cerros de la Plaza (4957 m) y Campanillas Grande (4886 m) (actual Campanillas Blanco). Si bien Dorly parecería ser de las primeras mujeres escaladoras en pisar nuestras cumbres, un tiempo antes de su visita a la Sierra Nevada de Santa Marta el grupo de escaladores estadounidenses conformado por Elisabeth Cowles, Elisabeth Knowlton, Max Eberli y Paul Petzold también había escalado en estas montañas (Ruiz, 1990).

Linda Biaggi.

Por la misma época se encontraban en nuestro país los esposos Gansser-Biaggi; August Gansser y Lianda Biaggi (Toti). Gansser fue un geólogo suizo apasionado por la geología de los Himalayas que fue trasladado a Colombia como empleado de la compañía Shell de 1938 a 1946. August Gansser solía hacer cordada con el topógrafo suizo Georges Cuenet con quien realizó importantes ascensiones y descensos en esquí y quienes hacían competencia con los esposos Marmillod por la realización de primeras ascensiones en Colombia. Toti acompañó a su esposo a la montaña en contadas ocasiones, sin embargo, una importante ocasión fue el primer ascenso del Pico Toti, que fue nombrado por Gansser precisamente por el sobrenombre con el que se conocía a su esposa (este pico se conocía entre los locales como Gorro Blanco).

mujeres en montana 01 03Accidente de Biaggi en el Pico Toti

Para las décadas del cincuenta y sesenta no se registra mucha actividad deportiva en las montañas colombianas aparte de algunas expediciones científicas de japoneses, ingleses y algunos alemanes por lo cual no hay información registrada sobre ascensiones femeninas. Sin embargo, desde principios de 1960 se radica en nuestro país Hildegard Falkner, la hermana Calixta, franciscana austriaca de la población de Soelden quien había ascendido la segunda montaña más alta de Austria, el Wildspitze (3774m) y vivió en Colombia hasta el año 1981. Si bien esta mujer parece no haber jugado un papel definitivo en la escalada y el montañismo como actividades deportivas, sí tenía firmes motivaciones para visitar las montañas, algo que no era lo acostumbrado en las mujeres de la sociedad colombiana de la época.

Ascendió en 1977 junto con Hubert Frank y J. J Henao el Ritacuba Blanco el 23 de enero, el Nevado del Tolima (5325 m) el 6 de marzo junto con Sergio Gaviria, Hugo Goeggel, J.J. Henao, Max Wolf, el Nevado Santa Isabel (4950 m) el 16 de abril junto con Elena de Bachmann, Jorge Bachmann, Claudia Chávez, Sergio Gaviria, Hugo Goeggel, Harry Koppel, Fraydell López, Vicky Stumbaum, Sierra, Velasco y entre 1980 y 1981 realizó la vuelta a la Sierra Nevada del Cocuy junto con Hubert Frank y el polaco Tadeusz Mich (Finca Ritacuba - Laguna Verde - Laguna de la Isla - Valle de los cojines - Glaciar del Castillo - Laguna de la Plaza - Cusiri - La Esperanza). 

mujeres en montana 01 01Hildergard Falkner o "La hermana Calixta" ascendió varios picos nevados en Colombia durante los 60's y 70's.

Hasta la década del setenta no se conocía presencia de mujeres colombianas en las montañas, sin embargo en 1978 María Isabel Arango, montañista colombiana ascendió el Nevado del Tolima (5325 m) junto con Juan Manuel Díaz y en la Sierra Nevada del Cocuy los Picos sin nombre (5030 m) y El Castillo (5123 m), considerada la montaña más bella del país. Los logros de María Isabel son sobresalientes nuevamente teniendo en cuenta que en esta época no era una actividad usual en la mujer colombiana y que El Castillo ha sido uno de los grandes retos de la Sierra teniendo en cuenta su distante ubicación con respecto a las vías de entrada. Durante los años ochenta la actividad montañera se concentró en la conquista de las grandes paredes de roca, retos bastante técnicos a los que se enfrentaban los escaladores de la época quienes ya se entrenaban en las Rocas de Suesca.

A pesar de que para esta época no se registre mayor actividad femenina en la montaña seguramente montañistas como Gloria Quintana y Gloria Corredor ya experimentaban en estas décadas los retos de la alta montaña colombiana. A finales de los noventa, estas dos mujeres en compañía de Diva Criollo (compañera de Lenin Granados) formaron un grupo de mujeres montañistas quienes se propusieron escalar el Cho Oyu (8,201 m) en el macizo de los Himalayas, la sexta montaña más alta del planeta. Este grupo fue conformado por: Carolina Vallejo, Katty Guzmán, Jammy Paola Cely, Sayuri Matsuyama, Andrea Molina, Rocío Bejarano, Maia Cartwright, Consuelo Morales y Mónica Savdie quien estuvo en la expedición colombiana al Everest en 2001 como corresponsal.

mujeres en montana 01 06Grupo de mujeres montañistas quienes se propusieron escalar el Cho Oyu.

Todas estas mujeres tenían ya una experiencia en las montañas de Colombia e incluso algunas de ellas habían escalado el Aconcagua (6,962 m), el monte Elbrus (5642 m) y realizaron una actividad conjunta en la Cordillera Blanca en Perú como preparación para el viaje al Himalaya. Katty Guzmán y Carolina Vallejo se retiran del grupo y emprenden un largo viaje de escalada por Suramérica en 2002, escalando entre otras montañas el volcan Tupungato en Argentina (6,570 m).

Katty comienza una intensa carrera deportiva que la lleva a realizar importantes ascensiones tanto en alta montaña como en escalada de grandes paredes de roca en Colombia y en diferentes partes del mundo. En el Cocuy escaló la pared del Ritacuba Blanco (5330 m) repitiendo las vías Viviendo entre Tinieblas y Tierra de Cóndores (5330 m), del Ritacuba Negro (5300 m), del Toti (4800) y los Campanillas Blanco (4951 m) y Negro (4830 m) junto a Carolina Vallejo. En la pared oriental del Pan de Azúcar (5120 m) abrió una vía con Taylor Anderson (Cinco noches de soledad) y realizó una repetición a la vía ecuatoriana Pa’que te enamores. Escaló el Aconcagua (6962 m) y como parte del proyecto 7 Cumbres participó en la expedición al monte Elbrus (5642 m) y realizó un intento al Denali (6190 m) por la vía del West Rib. Fue una de las primeras mujeres en conquistar la cumbre del monte Everest (8848 m) en 2007 junto con Mónica Bernal, Ana María Giraldo y un nutrido grupo de fuertes montañistas colombianos.

En roca, uno de los logros más sobresalientes de Katty ha sido su actividad en el Valle de Yosemite realizando en la pared de El Capitán icónicas vías como La Nariz, Salathé, Triple Direct e intentos a Lurking Fear y Golden Gate. También encadenó la mítica Astroman en compañía de Gabriel Rubiano-Groot y junto a Jim Madore escaló en nueve horas 21 largos de la Direct North Buttress al Middle Cathedral. En Patagonia ascendió la aguja Guillaumet (2580 m) y realizó dos intentos al Fitz Roy (3359 m). En la Cordillera Blanca escaló el Nevado Ishinca (5530 m), el Huamashraju (5434 m), el San Juan (5843 m) y el Shaqsha (5703 m) junto con su gran amiga y también gran montañista María Isabel Ramírez.

mujeres en montana 01 07Katty Guzmán en Yosemite durante su ascenso a "The Nose" 2004.

María también se ha destacado por su fortaleza en la alta montaña realizando múltiples ascensiones en Colombia en la Sierra Nevada del Cocuy, en el nevado del Tolima (5325 m), en los nevados Santa Isabel (4950 m), del Ruiz (5311) y en el nevado del Huila (5364 m). Fuera del país también ha realizado altas ascensiones en Ecuador (Cayambe – 5790 m), en la cordillera Blanca (Alpamayo - 5947 m - y Chopicalqui - 6354 m-) y en la cordillera Karakorum en Pakistán en 2010 realizando un intento al Gasherbrum I (8080 m) junto a Luis Felipe Ossa y Darwin Bravo. Precisamente en el campamento base de estas montañas coincidieron con Mónica Bernal y Hernán Wilke quienes realizaron durante la misma temporada un intento al Gasherbrum II (8035 m). Mónica Bernal también se ha destacado por su actividad deportiva en altas montañas gracias a la preparación que ha logrado en la Sierra Nevada del Cocuy, en Ecuador y en la Cordillera Blanca en el Perú.

Es preciso destacar la actividad de Claudia López, montanista bogotana radicada en Colorado quien comenzó a escalar a principios de los años noventa gracias a su tía María Victoria Gutiérrez (conocida como Vicky). Claudia es fotografa, ha dedicado desde entonces su vida a la fotografía, a la escalada en hielo y a las altas montañas y en la actualidad está más vigente que nunca, escalando varias montañas en el Himalaya; el Ama Dablam (6812 m) en el 2006, en 2013 el Baruntse (7.129 m) y el Cholatse (6.440 m), en 2015 y 2016 realizó intentos al Manaslu (8156 m), al Cho Oyu (8021 m) y al Lhotse (8516 m) y en mayo del 2017 logra alcanzar su primera cumbre de más de ocho mil metros con el Dhaulagiri (8167 m). Claudia se ha especializado en la alta montaña y en la escalada en hielo y se propone continuar ascendiendo montañas de más de ocho mil metros con el Makalú (8481 m) en el 2018.

mujeres en montana 01 05Claudia López en la cima del Daulaghiri

Desde los años cuarenta hasta la actualidad las mujeres han jugado un papel importante en la práctica del montañismo y la escalada en roca en Colombia. Fueron mujeres extranjeras las primeras que recorrieron y escalaron nuestras montañas y han sido mujeres colombianas quienes han logrado escalar no sólo en Colombia sino en otras latitudes y en montañas mucho más grandes pero para quienes con seguridad la semilla para realizar estos proyectos ha nacido en su país. Es triste ver cómo ahora por diversas razones los conflictos de intereses rodean nuestras montañas y no es posible visitarlas ni continuar en nuestro país la preparación física y mental que exigen los proyectos deportivos que nos proponemos. La escalada de montañas y de paredes de roca no depende de si es hombre o mujer, cada ser desarrolla sus potencialidades, sólo depende de la motivación y la pasión profundas que conllevan a soñar y a afrontar estos retos, a entrenarse física y mentalmente para estar allí, en las cumbres de montañas y paredes cuya conquista parece algo inútil (como decía Lionel Terray) pero cuyo proceso para lograrlo es el que genera satisfacciones indescriptibles y una profunda sensación de plenitud.

Agradezco mucho a Juan Manuel Díaz por contarme sobre Calixta y por hacer el puente para el contacto directo con Hubert Frank, y por supuesto a Hubert Frank cuya prodigiosa sabiduría y memoria han hecho posible la reconstrucción de la actividad femenina en las montañas entre los cuarenta y setenta y cuyo conocimiento del mundo del alpinismo y andinismo me ha permitido contextualizar la práctica del montañismo durante los sesenta y setenta. La información ha sido tomada de diversas fuentes: conversaciones personales, artículos de prensa, artículos de revistas y blogs de escalada y montaña y de un artículo de The Alpine Journal [1]. icono fin articulo

[1] Ruiz. J. 1990. The Roof of Colombia. The Alpine Journal 1990/1991. Volumen 95.

Continúe en este link con la segunda parte de este interesante relato de Historias de Mujeres en las Montañas de Colombia.

 


Este articulo hace parte de la colección especial que recopila y celebra los más de 10 años de la Revista La Piola. Fue publicado originalmente el 20 de Febrero de 2018 en la Revista La Piola edición impresa #30.

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