Esta expedición inicia desde nuestras casas, José en USA, Aldo en Ecuador y yo desde Colombia, a quienes en esta ocasión nos unió el propósito de escalar el Pico Obispo por la ruta Italiana moderna, solamente como unos buenos amigos con la intención de seguir forjando sus anhelos de montañistas.
La cita se dio el 22 de noviembre en Latacunga donde iniciamos nuestras labores logísticas y de allí nos dirigimos a Riombamba donde por primera vez vimos el gran Altar, que se nos presentó en pleno atardecer y para ser cierto, bastante imponente; todo apuntaba a una gran expedición. El 23 de noviembre tomamos rumbo hasta la bocatoma donde nos esperaría el arriero para llevar las maletas, a través de las sendas del salvaje Altar. Con bastante barro, en algunos tramos hasta las rodillas, pero con la fortuna del buen tiempo, ese día nos permitió llegar al campamento a mediodía; fueron 5 horas de jornada, quizás un poco corta para lo que uno usualmente está acostumbrado en Colombia, así que los 3 llegamos sin problema, armamos nuestro campamento y 10 minutos después se precipita el chubasco que resulta usual para las montañas tropicales… pero lo que parecía un corto chubasco se transformó en una gran nevada durante toda la tarde y la noche. Escasamente logramos salir al día siguiente en la mañana a recoger agua y hacer algo de comer, la lluvia y nieve perduró de una manera increíble, tanto así que fueron 3 días encerrados en esa pequeña carpa con una que otra salida al baño.
Expedición Altar / Pico Obispo
El Altar nos ponía una prueba difícil, las incomodidades en una carpa pequeña se hacen notar desde la primera noche, estábamos demasiado apretados allí y poder descansar se convirtió en una tortura, tuvimos muy malas noches de sueño y con el paso de los días cada vez nos sentíamos más agotados, sin embargo no desistimos ante el reto que nos ponía esta gran montaña, decidimos extender más días para la expedición y comer poco para que alcanzara la comida hasta lo último, teníamos toda la voluntad de por lo menos intentar la cima, con las condiciones que nos tocará. Yo pienso que en los proyectos de montaña cómo en la vida hay que persistir, insistir y nunca desistir a sabiendas qué en ocasiones se debe retroceder no por miedo sino por responsabilidad y racionalidad. Estábamos claros que si en definitiva la montaña no nos permitía subir tendríamos que dar vuelta atrás, pero a media noche empezamos a notar una mejora metereológica; eran la 1:00 am del 25 de noviembre y la montaña se abrió por completo, había luna llena al 100% de iluminación, así que por fin teníamos una buena ventana, organizamos maletas y salimos a las 02:00 am hacía la cumbre.
Expedición Altar / Pico Obispo
Emprendimos nuestra caminata, solo pasaron unos 45 minutos para llegar el borde glaciar, de repente Aldo grito “Los crampones hpta” los había dejado en el campamento, así que tuvo que retornar por ellos mientras José y yo esperábamos; Aldo retorno a la hora, nos encordamos y caminamos rápidamente para llegar a la base de la pared, la nieve estaba en muy buenas condiciones así que hicimos en simultáneo el primer largo, después pasamos por la canaleta, un terreno mixto entretenido y sin problemas para sortear. De allí salimos a una cornisa donde tuvimos la suerte de ver el sol en pleno amanecer, fue una panorámica espectacular; pasamos nuevamente al glaciar donde subimos en simultáneo todo el tramo del segundo escalón glaciar del Altar hasta llegar a la 2da canaleta en donde nos esperaba nuevamente el terreno mixto, nos turnábamos con Aldo la punta de cada largo, José era el pro de las fotos así que fluimos como cordada muy bien, los últimos largos se ponían cada vez más entretenidos, pocos lugares donde proteger y cada vez más expuestos, eso sí la sensación de estar vivos era inigualable; avanzamos por la canaleta hasta llegar hasta el último largo, una pared de roca desnuda que suponía una escalada “muy mental”. Allí se encontraba descendiendo otra cordada Ecuatoriana, habían logrado la cumbre antes que nosotros, nos detuvimos allí para saludarnos, felicitarnos y desearnos las mejores energías tanto para ellos en su descenso y nosotros en el ascenso y descenso; la montaña nos une como una hermandad, nos ayudamos y nos brindamos la mejor energía.
Expedición Altar / Pico Obispo
El último largo, inició por una escalada más mental de lo que yo pensaba, teníamos un abismo a la izquierda de unos 900 metros y a la derecha la ruta que habíamos escalado, quizás unos 400 metros de caída, y he aquí la magia de la escalada… concentración absoluta en este tramo, muy consciente del presente, respiración muy regulada y cada paso que daba lo hacíamos con el más mínimo detalle, no había posibilidad remota en la mente de fallar así que todo fue como una danza a la perfección, eso sí, estábamos muy tiesos, no del baile sino del frío que transmitía la roca, estábamos escalando sin guantes a 5.300 msnm, algunas partes la roca estaba congelada y no había más opción que tomar la roca a mano limpia para poder tener mayor seguridad… pudimos sortear este tramo sin problema hasta que en un tramo de la escalada hice caer con mis pies una roca gigante, como loco grite ¡roca roca!, para alertar a la cordada que iba bajando, por suerte la roca paso de largo y no ocasiono ningún accidente, finalmente avanzamos después de este impase hasta la cumbre. Un poco de nubes alrededor había allí pero estábamos extremadamente eufóricos de llegar a tan anhelada cumbre, lo que nos habíamos propuesto meses anteriores era una realidad, Aldo con bastante emoción saco los zapaticos de su hija, estos zapatos los ha llevado a todas las cumbres del Ecuador, sin embargo solo le hacía falta estar en el gran Altar, fue un momento muy memorable para todos.
Expedición Altar / Pico Obispo
Estuvimos en esta cumbre 1 hora, esperando algo de ventana para hacer unas buenas imágenes con el drone, cuando José dijo “parece que hay otra cumbre”, y yo de inmediato siento como un dolor de estómago o más bien un sin sabor así que saque el mapa en el celular y efectivamente había otra cima, fue un momento un poco triste y aburridor, vimos que había otro pico y efectivamente apuntaba que era la cumbre máxima del Altar, así que decidimos ir. Por fortuna fue tan solo una corta caminata de 15 minutos y corroboramos que era la misma altura que la otra cima, sentimos un gran fresquito por ello. Así que el trabajo estaba hecho… nos quedaría el 50% de la expedición el retorno. Iniciamos nuestro descenso un poco tarde 1:00 pm, nos esperaban 7 rapeles… y a mitad del descenso nos encontramos con un terreno bastante inestable; como ese día había hecho mucho sol, la nieve se estaba derritiendo y parte de la ruta para bajar a la 2da canaleta había colapsado por avalancha, así que tuvimos que bajar con bastante prudencia y abandonando equipo, fue un poco angustiante porque escuchamos un par de avalanchas a los alrededores y la nieve se desprendía de todas partes, por fortuna pudimos descender sin problema, nuestro último rapel lo hicimos a las 06:30 pm y finalmente logramos arribar a nuestro campamento a las 8:40 pm, llegamos literal muertos del cansancio y con deshidratación pero con la gran satisfacción de haber dado todas nuestras capacidades y anhelos en la montaña, fue un momento para felicitarnos y para agradecer a la montaña por tan bello ascenso a su cúspide. Cómo decimos en la jerga “montañista” las cumbres se celebran en casa, hoy desde mi hogar terminando este texto al lado de mi madre, amigos, mi perro puedo decir “cumbre”, gracias Altar y cordada por los aprendizajes de vida. 
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